Tuesday, March 14, 2006

NOTICIAS PENOSAS

VIERNES, 10 DE MARZO

Queridos todos,

Les escribo desde mi cama, no en la casa sino en el hospital. Esta mañana me hicieron la ecografía de las 19 semanas y en ella vieron que el feto había fallecido. Por las medidas que tomaron, piensan que probablemente murió pocos días después de la eco del 14 de febrero. Nadie se explica qué pasó pues, al parecer, la placenta esta vez estaba funcionando como debía. Por esta razón y para evitar complicaciones relacionadas con sangramiento excesivo, hemos decidido una vez más ir por la ruta de la inducción de parto. Es la menos invasiva y, dado que necesito volver a mis anticoagulantes lo antes posible, es la más rápida.

SÁBADO, 11 DE MARZO

Anoche pasamos una buena noche dentro de todo. Los médicos nos dieron una pastillita a cada uno para la ansiedad y con eso nos dormimos hasta la mañana. Despertar fue un poco duro pues igualito teníamos un granito de esperanza que todo hubiera sido un mal sueño. Pero nos dimos de cabeza con la realidad y la pena empezó a brotar de cada poro de nuestro ser. No podemos hacer nada más que respirar profundamente y poner un pie delante del otro otra vez. Las lágrimas y las preguntas nos seguirán por un rato pero eventualmente llegará la aceptación. Por ahora, aquí estamos, a la espera de dilatarme para empezar a pujar. Todavía no siento mucho dolor pero mi útero está como una roca. Difícil pensar que un entorno tan amable pudiera convertirse en uno tan hostil.

Si no me dilato de aquí a 2 horas me darán otra dosis de las tabletas dilatantes y probablemente empezarán las contracciones. Sentir este tipo de dolor ayuda a curar el espíritu de alguna manera – es como cerrar el ciclo con un broche. Muchas personas optan por la anestesia general y la operación porque no creen tener la fortaleza de pasar por un parto a sabiendas de que no habrá un final feliz. En mi experiencia, y creo poder decir esto con algo de autoridad, es más difícil recuperarse de la operación que del parto – no sólo física sino que también emocionalmente. Además, así los patólogos podrán examinar los restos intactos y ver la causa (ojalá) de esta nueva pérdida. Aún si decidimos no volver a intentar otro embarazo, esta información nos podría ayudar a cerrar este capítulo y a ir hacia delante con lo que llaman “closure”, con una conclusión. Se me cierran los ojos de sueño. Sigo luego…

9 PM

Hace unas 3 horas, acabó todo. No fue tan doloroso físicamente como recordaba había sido la experiencia de hace más de tres años. Salió intacta, en su saco, chiquititita pero con muchas señales de trauma. El doctor que hará la patología vendrá a verla y nos dirá qué ve a simple vista. Al principio me sentí muy desconectada de ella pero cuando la tomé en brazos la emoción se desbordó dentro de mí y sentí una mezcla de pena, rabia, ternura, impotencia y amor. Andrés y yo nos dormimos un ratito con la bebe en brazos y cuando despertamos sentía no poder dejarla ir, que quería que se quedara conmigo siempre. Una forma de hacer esto, creo, es nombrarla así que le pusimos Isabel porque es nombre de reina y su cabeza tenía forma de corona. Recién después de darle un nombre pude dejarla ir. La enfermera me lo explicó así: antes de poder decir adiós, hay que saber decir hola.

El doctor está convencido de que se quedó un poquito de la placenta adentro así que me han puesto oxitocina, esperando que el útero la termine de expulsar solo. Así podremos evitar hacer un curetaje con anestesia general. Lamentablemente me muero de hambre y sed pero no puedo tomar ni comer nada hasta que no estemos seguros de haber expulsado todo, por si necesitan darme anestesia general. Luego queda esperar 6 horas hasta poder darme el anticoagulante. Voy a cerrar los ojos un momento y sigo luego…

DOMINGO, 12 DE MARZO

Anoche el doctor, para evitar tener que hacer un curetaje después de todo lo que habíamos pasado, exploró mi útero a pulso. No hay palabras para explicarles cómo duele; es como agonizar. Por más que estaba medicada, el dolor fue abismante y lloré amargamente por un rato largo después. Dicen que las emociones las almacenamos en nuestra pelvis.

Total que el doctor no encontró nada así que me inyectaron el anticoagulante y dos horas después la enfermera me trajo tostadas y té. Me logré quedar dormida pero el efecto del fentanil (como una morfina) es tan fuerte que a ratos me dormía sentada y a ratos me despertaba fresca como lechuga y no lograba conciliar el sueño. Además me preocupaba la posibilidad de sangramiento. Pero no hubo tal y todo volvió a la normalidad con bastante rapidez.

Andrés me trajo hoy mis cosas para poderme duchar, la enfermera ya me ha dado la siguiente dosis del anticoagulante y me han desenchufado de la línea intravenosa pero dejándome la vena con catéter por si las moscas. Finalmente me darán de alta mañana para poder ver a mi hematóloga y al patólogo antes de partir.

LUNES, 13 DE MARZO

Volver a casa fue el balde de agua fría que faltaba. De alguna manera el hospital es un entorno protegido, donde todo se habla en términos científicos y seguros. Mientras que en la casa uno regresa al entorno emocional, a los pasillos y rincones donde el sueño estuvo vivo por 4 meses y medio. Pero es la realidad y qué bendición poder expresar nuestro dolor y temores el uno al otro. Antes de irnos del hospital, cada uno de los médicos que me han cuidado me vino a ver. Primero el patólogo que había ya visto a la bebe y estaba optimista de poder obtener de ella la información cromosomática necesaria. A simple vista era dificil ver mucho pues había pasado mucho tiempo en el útero sin vida. Los rasgos faciales ya no eran tan claros como para determinar nada. Pero lo bueno es que dijo que nuestro caso tenía prioridad para él y que trataría en lo posible de sacar el informe de la autopsia en menos de un mes. Mucho mejor que los 3 a 6 meses que demora en general… Nos despidió con un abrazo paternal y se fue sacudiendo la cabeza, tan incrédulo como nosotros. Después vinieron los obstetras de alto riesgo que me vieron durante mi estadía. Los dos doctores amorosos se quedaron bastante rato conversando con nosotros, haciéndonos preguntas y asegurándose de que yo supiera que tenía el apoyo del hospital para lo que necesitara, incluyendo los sicólogos, etc… Terminamos hablando de cosas no relacionadas y uno de ellos tenía amigos en común con Andrés, de Montreal. La hematóloga no alcanzó a llegar pero me llamó por teléfono y conversamos largo rato sobre el procedimiento con el anticoagulante. Quiere que me siga inyectando por un par de semanas más, antes de volver al otro anticoagulante oral. Estaremos hablando esta semana y la próxima para ver cuándo hacer el cambio.
Ya estábamos listos para irnos cuando llegó mi obstetra y perinatólogo, el Dr. Kingdom. No nos esperábamos su visita pero estábamos felices de verlo porque es un hombre tan a todo dar y tranquilo que te deja esa tranquilidad de que todo va a terminar bien. Al igual que el patólogo, nos dijo que nuestro caso tenía prioridad para él, que quería llegar al meollo del asunto. Él es investigador además de doctor y tiene mucho interés invertido en nuestro caso. Me ha dado cita para el 31 de marzo para verlo, para examinarme y ver que todo esté de regreso donde tiene que estar. De repente para entonces tengan ya algo de información sobre la placenta, la bebe, quién sabe. Tengo ahora que pedir cita con el patólogo para el mismo día.

MARTES, 14 DE MARZO

Unas últimas líneas para decirles a todos cuánto agradecemos todo vuestro apoyo y cariño. Tenemos la bendición de tener una familia de primera y amigos que son como familia. En tiempos como estos, es esencial sentirse acompañado y todos ustedes nos han hecho sentir que no estamos solos. Muchas gracias.

Los tendremos al tanto de cualquier novedad.

Un abrazo fuerte,

Patty y Andrés

No comments: