Wednesday, March 26, 2008

A coger las riendas otra vez

26 de marzo

Tenía la intención de escribir otro capítulo inmediatamente después de publicar el capítulo anterior, ya que justo la enfermera me había llamado ese día para darme las fechas clave para este ciclo nuevo, pero no logré encontrar un momento para hacerlo. Desde entonces, el ciclo ha progresado, por supuesto.

Terminé la caja de Marvelón y su fin no pudo haber llegado en un momento más oportuno. Odié la píldora. Qué extraño. Nunca tuve problemas cuando la tomé hace años. De hecho, fue mi método anticonceptivo preferido hasta que tuve mi trombosis en el 2005 y me vi obligada a encontrar una alternativa. Pero esta vez me afectó muchísimo. Primero, aumentó mi apetito en forma tremenda. Me despertaba cada mañana con antojo de huevos con tocino y 5 minutos después de terminar cada comida, sentía hambre otra vez. Así que ahora estoy gorda. O por lo menos me siento gorda. Bueno, seamos sinceros, ciertamente he subido unos kilitos, lo que es sumamente injusto, ya que el año pasado me saqué la mugre para bajar 15 kilos y me sentí feliz de liberarme de las pechugas post-embarazo y de los rollos de la espalda. Pero, no importa. Lo volveré a lograr una vez que pare el tratamiento con hormonas. Mientras tanto, sigue siendo difícil mantenerme alejada del chocolate y adherirme a mi rutina de gimnasia, pero ahora que los días son más largos, estoy más motivada a salir por las tardes para ir a mis clases de danza. Y no crean que me he subido todos los kilos que había perdido. Estamos hablando de unos 2,5 kilos de retención de líquido, que espero desaparezcan con las hormonas, y 2,5 kilos de grasa que tendré que bajar con mucho esfuerzo.

Además de mis ataques de hambre, las hormonas han hecho que se me caiga el pelo. Estaba perdiendo un puñado de pelo cada día en la ducha y mi confianza en mí misma se estaba yendo a la basura junto con él. Es super traumático que se te caiga el pelo de esa manera... Sin la píldora estoy mejor. También descubrí un excelente tratamiento para el pelo en mi tienda Sephora local y después de sólo dos semanas se me ha dejado de caer el pelo y lo he notado más voluminoso y largo. Cuando se te cae el pelo de esta forma, no puedes sino preguntarte cuánto más pelo puedes perder sin que se note. El pánico que sentí casi me convenció de cortarme el pelo cortito otra vez. Ahora estoy feliz de no haberlo hecho. No hay nada peor que dejarse crecer el pelo después.

Justo antes de terminar de tomar la píldora, empecé a inyectarme otra vez con Luprón, el supresor de ovulación. Sheona empezó con su Suprefact al mismo tiempo. Nos han dado nuestras fechas clave para este ciclo y al parecer la fecha tentativa para la recuperación de óvulos será el 10 de abril. No me quiero proyectar más allá de esa fecha por ahora. Quiero concentrarme en la tarea inmediata que es fabricar lindos folículos en cantidades y todos del mismo tamaño. Esta vez me duele inyectarme con Luprón. No sé por qué. Además, he notado que sangro más en el lugar de la inyección. Quizás tiene que ver con la grasita extra que tengo alrededor de la cintura! En todo caso, esto ha causado varios moretones en mi pobre pancita. Espero que no tenga que empezar a inyectarme en las piernas, aunque pronto tendré que inyectarme tres y hasta cuatro veces por noche, pues mi etapa de estimulación, que teóricamente empieza este sábado, incluye dos inyecciones. La última vez sólo me tuve que inyectar Puregón, pero ahora han agregado Menopur. Encima, si llegamos a la fecha de recuperación, tendré que dejar los anticoagulantes orales con la ayuda de los anticoagulantes inyectables para prepararme para el procedimiento de recuperación – lo que implicará un cuarto pinchazo cada noche. ¡Más vale que funcione esta vez!

Ahora, gracias a las inyecciones de Luprón, tengo otro lindo efecto secundario con el que lidiar: sudores nocturnos. Todas las noches es la misma historia y me dejan empapada, como si alguien me hubiera tirado un balde de agua encima mientras dormía. Lo peor es cuando me levanto en la mitad de la noche para ir al baño. Se siente como probablemente se sentiría estar seca y calentita y tener que ponerse ropa fría y mojada. Me tengo que hacer recuerdo constantemente del premio al final de este túnel.

Mientras tanto, Sheona también está lidiando con sus inyecciones de Suprefact, las que ha apodado Super Fat, aunque esta vez dice que no la han hecho sentirse tan gorda como en el ciclo anterior. Personalmente, creo que eso fue culpa de la píldora. Tengo una cuenta que saldar con Marvelón. Esta vez, ya que su regla le llegó bastante después que la mía, sólo tuvo que tomar la píldora por 10 días para sincronizar su ciclo con el mío, así que no se engordó tanto! He dicho.

1 comment:

Claudia said...

Patty:
He leído toda tu historia, he sufrido contigo y me he alegrado contigo. Debes estar pasando un momento muy difícil, pero por lo que escribes parece que tienes un maravillso marido en quien apoyarte. Rezaré mucho por ti.
Debo decir que escribes muy pero muy bien, no he podido parar de leer y esatba esperando tu sigueinte anotación para leer. Fue lindo saber un poco de ti. Espero que no te importe que lo haya leído.
Bueno te mando un abrazo de Wisconsin (muy cerca tuyo) y mucho ánimo.
Claudia Swett