Saturday, June 14, 2008

Desvelados en Toronto

13 de junio

Bueno, las noticias de hoy no estarán en línea sino hasta mañana, lamentablemente. Aunque mi compu detecta la red inalámbrica del centro de la ciudad, y está mostrando cinco barras verdes, no he logrado conectarme a ella. Buuu.

Son las 8:30 pm y estoy sentada a un lado de la cama de Andrés en su cuarto semi privado. Su compañero de cuarto es un señor mayor cuya esposa también hará de Florence Nightingale esta noche, como yo. Queríamos un cuarto privado, pero no tuvimos mucha suerte... Pese a que estábamos dispuestos a pagar por él, no había uno en el cual ponerlo. De hecho, cuando llegué en la mañana, ni siquiera tenían un cuarto semi-privado para cambiarlo. El pobre había pasado otra noche de pesadilla y tenía los ojos hinchados y la espalda muy adolorida. El día por delante se estaba empezando a ver negro.

Luego de muchas intervenciones y un poco de cuñas (¡gracias Elizabeth!), todavía no teníamos cuarto. Pero cuando fui a buscar hielitos, me di cuenta que estaban limpiando y haciendo la cama del cuarto frente a la cocina. Así que corrí a contarle a Florida (nuestra enfermera) y le pedí que averiguara. La respuesta fue que ese cuarto estaba reservado para una paciente mujer y que no podían poner a hombre y mujer en el mismo cuarto. Andrés estaba desesperándose y todos a su alrededor estaban recibiendo una dosis de su angustia. Gracias a Dios Florida fue tan persistente. Al final, molestó tanto a la coordinadora que le dio el cuarto para que la dejara tranquila. Y ahora, sus ronquidos son música para mis oídos.

10:45 pm
Acaba de pasar una tormenta por encima del hospital. Las persianas de Andrés no funcionan, así que estuve viendo los relámpagos con asombro. Me encanta el rugir de los truenos y los golpecitos que pega la lluvia contra la ventana. Agradecí a la Madre Naturaleza por su ayuda. La lluvia significa que no tengo que regar, lo que es una cosa menos que hacer. Mientras, Andrés durmió un poco a saltos. Hace un ratito se despertó y fuimos a dar unas vueltas por el noveno piso. Ahora está de vuelta en la cama, roncando como tronco. Perfecto. Todo bien por ahora.

14 de junio

2 pm

Estoy de vuelta en casa, solita. Lucas está donde Sheona y Jon (¡mil gracias, chicos!) y la casa se siente muy vacía sin mi familia. Anoche estuvo horrendo. Andrés no logró conciliar el sueño. Apretaba continuamente el botón de la epidural para darse otra dosis de narcóticos, porque le ponían somnoliento, pero ahora lo estaban empezando a poner inquieto. Siguió quejándose del dolor de espalda. Dormimos en intervalos de 10, 20, 30, máximo 40 minutos, seguidos por un paseo por los pasillos súper iluminados y pelados del hospital... para nada agradable. En un momento llegó a su punto máximo de aguante y me dijo que ya no podía más, que se quería ir a la casa. Como si fuera una opción... pobre. Como a las 4, lo convencí de que dejara de apretar el botón y un par de horas después durmió profundamente por una hora. Tan profundo fue, que dijo que tenía que descansar para recuperarse de lo profundo que durmió. Mucho tiene que ver con la falta de cortinas, así que le voy a instalar unas (cortesía de mi querida hermana Karlox).

Esta mañana lo vio la doctora y estaba muy contenta con su progreso. Es tan alegre que realmente ilumina el cuarto con sus buenas nuevas. Luego se va y Andrés se vuelve a ir para dentro. Va a tener que encontrar la paciencia y la fortaleza que necesita para superar esto dentro de él. Las ayudas externas sólo duran tantito. La conclusión final fue que eliminaríamos los narcóticos de la epidural, dejando sólo la anestesia para prevenir que sienta dolor en la incisión. Luego, lo único que tomará para dormir será Ativan y Gravol. Eso debería cambiar el curso por el que vamos (¡crucemos los dedos!). Otra buena noticia fue que ¡le quitaron algunos tubos y cables! Ayer por la mañana le quitaron el de la nariz y los cables que lo conectaban al monitor. Esta mañana le quitaron la vía arterial y esta tarde (o quizás ya lo han hecho), le quitarán la sonda, para que pueda hacer pipí solo. Lo único que queda después de eso será el JP, que le dejarán hasta que empiece a comer para ver cómo va drenándose el área abdominal, y el suero, que una vez que empiece a tomar suficientes fluidos por su cuenta, podrán quitarle también. Para entonces ya podrá ducharse cómodamente y pararse a caminar sin problemas.

Finalmente, hoy le dieron el visto bueno para empezar una dieta líquida, con fluidos claros como caldo y ginger ale. Tomó dos sorbos de ginger ale antes de irme, pero no le gustó para nada. Yo regresé a casa y le hice un caldo nutritivo de pollo con verduras. Espero que quiera tomar un poco del caldo esta tarde cuando regrese.

Estoy completamente molida, y sé que ya hemos pasado por lo peor, pero estoy demasiado cansada como para procesar esa información. Me voy a la cama por una siesta de una hora y luego de vuelta al hospital para el turno de la tarde y noche.

Una nota para todos los que han llamado y escrito: gracias por sus mensajes cariñosos. Me imagino que ya sabrán que no puedo tener el celular prendido en el hospital. Además decidimos no contratar teléfono en el cuarto porque es demasiado el ruido. Así que pido que me disculpen no poder devolverles las llamadas o los mails, pero les agradezco tremendamente su apoyo, su sabiduría y su cariño.

En cuanto a visitas, creo que todavía está demasiado cansado como para recibir a nadie. Me gustaría ver que pase una buena noche antes de dar el OK generalizado para que lo visiten. I cuando vengan, por favor que no sea por más de 10 ó 15 minutos. Él no les va a decir que está cansado y se hará el esfuerzo de seguir la conversación cuando lo que necesita desesperadamente es descansar.

Bueno, eso es todo por ahora. Sigo mañana...

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